Para el pueblo lo que es
del pueblo. Es una frase pero vale. Vale para iniciar un proceso de
modificación de la Carta Magna nacional –o como se dijo, un nuevo
Contrato Social- donde deben figurar derechos que los sectores populares
vienen ganando en el territorio, en las fábricas, en la tierra, en los
derechos de los pueblos originarios, derechos que no figuran en la
Constitución. Y Hugo Yasky, secretario general de la CTA, en su
disertación para dar por inaugurado el encuentro en el Margarita Xirgu
lo expresó en una breve síntesis: “Este nuevo tiempo político reclama
una nueva Constitución que exprese la ampliación de derechos que se han
conquistado”.
Hugo Yasky
Hugo comenzó sus palabras de esta manera: “Compañeras, compañeros:
realmente creo que es un momento del que necesariamente nos tenemos que
sentir orgullosos, creo que estamos iniciando una etapa histórica que
sin lugar a dudas plantea como requisito la unidad del campo popular,
necesitamos mas unidad del campo popular y esta mesa con los compañeros y
compañeras que representan a las organizaciones que se suma a esta
convocatoria, es la expresión de esa de la voluntad de unidad y también
la expresión de la voluntad para llevar adelante una lucha que nos
permita, no solamente profundizar las transformaciones, si no consolidar
ese viejo sueño por el que luchamos y militamos muchas generaciones de
trabajadores de Argentinos, de militantes sociales, que es el proyecto
nacional popular y democrático, hoy encarnado en la figura de Cristina
Kirchner.
“Este movimiento nace como necesidad de poner en la calle, en los
lugares de trabajo, en las escuelas, en las universidades en el campo,
en cada rincón de la patria la discusión acerca de esa constitución
emancipadora que nosotros necesitamos para expresar en la letra de la
carta magna este nuevo momento político que estamos viviendo en la
Argentina, hay un cambio de época que se expreso con avances enormes con
la crisis arrasadora de los 90, después del ajuste, después de la
exclusión de derechos, después de la destrucción del trabajo, después de
que se nos quisiera inculcar que una sociedad podía ser la ley de la
selva y que en esa ley de la selva los mas fuertes tenían que poder el
pie en el pecho a los mas débiles, de ahí venimos nosotros.
Y después de hacer varias veces que el Margarita Xirgu estallara en
aprobación y canticos de lucha, Hugo Yasky culminó su exposición
diciendo: creemos que esta construcción política tiene que ver también
con la construcción política de este tiempo de cambio en America latina,
creemos que hoy la soberanía la jugamos la posibilidad de constituirnos
en la región como un todo capas de enfrentar a las potencias del norte,
y entendemos necesario llegado un punto en el que “…nuevamente unidos
en una gran convocatoria definamos como meta el 2013, el 2013 cuando se
cumpla el segundo centenario de aquella asamblea que empezó a plantear
los objetivos y los horizontes libertarios la asamblea del año 13,
nosotros queremos llegar a esa instancia en una gran convocatoria
nacional que ponga frente a los Argentinos el desafío, la oportunidad y
el paso enorme de consolidar este tiempo político en esa nueva
constitución emancipadora , así que compañeros estamos convocándolos a
este hermoso desafío de los tiempos que están viniendo y que nosotros
estamos haciendo que cambie con la lucha de los pueblos. Gracias y
fuerza”.
“Todos los que estamos acá tenemos en común a ver sido capases de
expresar como lo pudimos hacer y donde lo pudimos hacer la resistencia a
ese proyecto enajenador, a ese proyecto de destrucción de derechos, a
ese proyecto para minorías, que tuvo como letra escrita una vieja
constitución del siglo XlX, una constitución que fue hecha para modelar
un país para pocos, un país agroexportador, un país sin ciudadanía y de
esa constitución del siglo XlX a la del año 1994que con pequeños
retoques expreso lo que era el pacto de Olivos y lo que era en ese
momento la ideología impera la del consenso de Washington, la del
achicamiento del Estado Nación, la de la destrucción de la sociedad
entendida como una comunidad organizada y solidaria, eso que parecía
perdido para siempre, gracias a la resistencia de nuestro pueblo fue
posible ponerlo en otro tiempo político”.
Esas fueron las palabras de Hugo Yasky. Y dentro del Margarita
Xirgu, la fiesta. Remembranzas de otras, como cuando cayó la dictadura y
allí llegaron las Madres, los Organismos de Derechos Humanos. Apareció
un hombre alto que se llamaba Julio Cortázar, entre muchos que llegaban
del exilio para unirse a los que habían resistido desde adentro. Un
abrazo que todavía perdura en el tiempo. Y este martes 19 de junio de
2012, también atesoraba esa magia de lo nuevo, de la lucha, de que no
nos han vencido, a pesar de los compañeros muertos, desaparecidos. Eso
bajaba desde la popular, desde los pibes que colmaban los palcos: no nos
han vencido, ni podrán vencernos.
Y la tarde se fue extendiendo en el Margarita Xirgu. Y antes
representaciones sociales, sindicales, originarios, intelectuales y la
gran diversidad de enfoques, daban muestras claras que el proyecto no es
de pocos, sino de muchos. Y eso también se presintió cuando se mencionó
la Constitución de 1949, la del primer peronismo. Ahí fue un estallido.
Porque hay que avanzar, es cierto, pero también recuperar lo arrebatado
por las dictaduras y el neoliberalismo del menemato.
Y una coalición de agrupaciones políticas, sindicales, profesionales y
de pueblos originarios se sumaron a la iniciativa y desde allí se lanzó
la propuesta de realizar una campaña nacional por una nueva
Constitución para la República Argentina.
Constitución Emancipadora
Después de la presentación de Yasky, Eduardo Sigal y Carlos Girotti
fueron los encargados de leer el acta fundacional hacia una nueva
Constitución Nacional. Con palabra segura, fueron desglosando conceptos
del documento por Una Nueva Constitución Emancipadora. Declaración
Fundacional conlleva como subtítulo. Aquí publicamos extractos de esa
declaración épica.
“Cada época y cada generación son responsables de sostener la memoria y
de enfrentar, con inteligencia, imaginación y coraje, los desafíos y las
demandas de su propio tiempo histórico. Extraordinaria la saga de los
pueblos cuando se multiplica, como en la actualidad Argentina y
Sudamericana, su fuerza transformadora y cuando va dibujando la silueta
de su propia emancipación. Son, esos momentos, los de la invención
constituyente, los que vuelven a soñar sueños ya soñados por quienes los
precedieron y lo hacen bajo el mandato sagrado de volver a unir la
libertad con la igualdad. Épocas únicas y renovadoras en las que las
multitudes populares recogen los hilos secretos y perdurables que
enlazan todas las luchas por la dignidad y las convierten en antesala de
una nueva fundación.
Más adelante agrega: “Cada Constitución es reflejo de un proyecto de
país. La constitución vigente, hija del pacto de Olivos y de la
hegemonía del Consenso de Washington, fue pensada para el proyecto
neoliberal de sumisión de la Nación, de extranjerización de la economía,
de saqueo de los recursos naturales y de exclusión de millones de
argentinos y argentinas, que se quedaron sin pan y sin trabajo a pesar
de la denodada resistencia de vastos sectores del campo popular. Fue
dictada cuando se proclamaba la muerte de las ideologías y el fin del
Estado Nación. Se la escribió contra el pueblo y contra los intereses
nacionales. Ese proyecto entró en su crisis profunda en diciembre de
2001. Y fue Néstor Kirchner quien empezó a escribir su epitafio”.
Y concluye con: “Convocamos a todos a ser parte de esta gesta, que
será insultada, vilipendiada y ensuciada por las corporaciones que están
dispuestas con uñas y dientes a defender sus privilegios. Cada proyecto
histórico tiene su derecho en la medida en que conjuga y conjura al
pueblo de la nación a organizar las reglas que lo rigen. Nuestro
proyecto es nacional y sudamericano, en razón de su mandato histórico y
de los sueños emancipadores de todos los que nos precedieron; es popular
por su origen y por el sentido de su fuerza; democrático por expresar
la pluralidad y la diversidad en el interior de nuestra sociedad y
profundamente reparatorio por la decisión definitiva de los argentinos y
argentinas que pusimos a las dictaduras en el arcón de las pesadillas y
los malos recuerdos”.
Estos conceptos sueltos demuestran el porqué se habla de Constitución
Emancipadora. Están los derechos pero está la visión de la Patria
Grande.
Se firma la propuesta
Luego de la lectura del Acta Fundacional, se pasó a que se firmara el
acta. Hugo Yasky estampó la firma y luego fueron pasando referentes del
proyecto, como Héctor “Gallego” Fernández (Peronismo Militante), Jorge
“Quito” Aragón (Martín Fierro), Marcelo Koenig (Corriente Peronista
Descamisados), Gildo Onorato (Movimiento Evita), Luis D’Elía (Miles),
Ricardo Forster (Carta Abierta) y Adriana Puiggrós (Frente Grande). En
el escenario también estaban Ariel Basteiro (Encuentro Socialista),
Patricio Echegaray (Partido Comunista), Juan Carlos Junio (Partido
Solidario), Gastón Harispe (Octubres), Eduardo Sigal (Fundación Acción
para la Comunidad), Angel “Lito” Borello (Organización Los Pibes), Luís
Coria firmó por el Frente Transversal.
Pero más allá de los dirigentes, entre los que predominaban los
referentes del kirchnerismo, la campaña para reformar la Constitución de
1994 reunió también a personalidades del Derecho, como Lorenzo y el
penalista Lisandro Teszkiewicz, de Abogados por la Justicia Social.
Además, entre los adherentes estuvo el secretario general de SADOP
(docentes privados), Mario Almirón, y la dirigente campesina Deolinda
Carrizo (MOCASE-Vía Campesina). Entre las butacas se repartían más
firmantes de la iniciativa. Francisco “Tito” Nenna (La Tendencia) y
Cecilia “Checha” Merchán (La Colectiva) y Ruben Dri, quién fue
ovacionado.
Al finalizar hubo un aplauso cerrado, y los pibes en el hall del
teatro, desplegaron banderas y así fue llegado en fin de fiesta. Quedan
flotando las palabras de Hugo Yasky…