Red Eléctrica de España fue desplazada del manejo de la transportadora
de energía de Bolivia por sus escasos aportes al país. Evo Morales ubicó
la medida como parte del plan de recuperación de recursos naturales y
servicios públicos.
El presidente Evo Morales
aprovechó el 1º de mayo para anunciar la “nacionalización” de una
empresa de servicios públicos. Otra vez le tocó a una transnacional de
España, la transportadora de energía eléctrica REE, que deberá abandonar
sus negocios en Bolivia a cambio de la correspondiente compensación. El
argumento central para tomar esa decisión fue el escaso nivel de
inversiones concretado por la compañía, de sólo cinco millones de
dólares al año durante 16 años. El gobierno de Mariano Rajoy tuvo una
respuesta menos indignada que en el caso de YPF, aunque reclamó una ley
de protección para inversiones extranjeras en el país.
“Para aclarar ante la opinión pública nacional e internacional:
estamos nacionalizando una empresa que antes era nuestra”, dijo Morales
en La Paz. La Transportadora de Electricidad (TDE), privatizada en 1997,
atiende al 85 por ciento del mercado nacional y posee el 73 por ciento
de las líneas de transmisión en Bolivia. En 2002 pasó a manos del grupo
Red Eléctrica de España (REE), que controlaba hasta ayer el 99,94 por
ciento de su capital. El 0,06 por ciento restante está en manos de los
trabajadores de la empresa, cuya continuidad laboral fue asegurada en el
decreto de expropiación.
“Nosotros invertimos 220 millones de dólares en generación y otros
se aprovechan. Por eso, hermanos y hermanas, hemos decidido nacionalizar
la transportadora de electricidad”, dijo el presidente y mandó a las
fuerzas armadas a custodiar la sede de la empresa en la ciudad de
Cochabamba y sus 22 subestaciones en el país.
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