25/01/18
Por María Reigada.
Sec DDHH CTA Bs As.
Un grupo de compañer@s de la CTA viajamos a Brasil para solidarizarnos
con el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quien afronta una injusta y
falaz acusación de corrupción.
Los días previos a la sentencia fueron de muchas
emociones, encuentros con organizaciones sindicales hermanas de toda Latinoamérica,
que al igual que nosotros, estaban allí no solo para defender a Lula, sino también
para defender los derechos y las conquistas de sus pueblos, porque el ataque a Lula
es un ataque a todas las conquistas y las libertades que los países de Latinoamérica
han obtenido con los gobiernos populares.
Si bien sabemos que el verdadero propósito de esta fantochada
es proscribir a Lula del próximo proceso electoral, eso no nos hace obviar el
triste camino que están recorriendo los pueblos Latinoamericanos en sus
distintas facetas. Al igual que en nuestro país, en gran parte del continente se
viven democracias de baja intensidad, lo cual trae aparejada la pérdida del
estado de derecho y una cacería de opositores políticos, en donde todos los
ciudadanos estamos en libertad condicional.
La derecha es parecida en todos lados, y encontró un
modus operandi, el cual está aplicando en toda la región; primero, y al mejor
estilo de la Cuarta Flota Norteamericana, los medios de comunicación bombardean
mediáticamente a la opinión pública, hasta dejar tierra arrasada y ninguna
posibilidad de pensamiento crítico sobre la información, luego llega el
desembarco de la mano del partido judicial, el cual avanza en el territorio
concreto, con el armado de causas y el encarcelamiento de los opositores y los
luchadores populares; este movimiento de pinza no hace más que limpiar el
camino para la implementación de políticas liberales y anti populares que intentan
sojuzgar y oprimir a los pueblos.
Hoy ya estamos volviendo de Brasil, y lo hago con un
sabor muy amargo en la boca, al ver como se comete una injusticia no solo con Lula,
sino con el pueblo brasileño; ese pueblo que más allá del terrorismo mediático,
no olvida que con Lula y con Dilma conocieron la justicia social. Ese pueblo que
desde el 2003 comenzó a tener tres comidas al día, ese pueblo que le reconoce
al "padre de los pobres", la reducción del desempleo, de la pobreza y
de la desnutrición infantil; que sabe que Lula no solo les dio dignidad y los
hizo visibles, sino que también les entregó casi dos millones de casas, que
construyó 214 escuelas y 14 universidades, que aumentó el salario mínimo en un
62 por ciento, y que incorporó al consumo, a 40 millones de Brasileños. Todos hechos
inéditos para esos sectores sociales que fueron explotados durante siglos.
No se sabe aún como terminará esta opereta de la derecha
brasileña, pero lo que sí está claro, es que a Lula lo abraza el pueblo, y que
pase lo que pase, él seguirá construyendo organización popular y conciencia de
clase; cosa que saludamos desde la CTA; porque al igual que para Simón Bolívar,
para nosotros, “la patria es América”.
María Reigada
Secretaria de DDHH
CTA Bs As
SECRETARIA DE COMUNICACION Y DIFUSION
CTA MATANZA