lunes, 13 de septiembre de 2010
HUGO YASKY: "La distribución de la riqueza requiere de medidas que vayan a fondo"
Gira de campaña por Paraná, con vista a las elecciones del 23 de septiembre del secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Hugo Yasky.Entrevista con EL DIARIO, ayer por la tarde, antes de presentar su propuesta en la Facultad de Trabajo Social junto a los referentes locales.
“Si bien es un gran avance la asignación universal por hijo, creemos que la distribución de la riqueza requiere de medidas que vayan a fondo, con una reforma tributaria, una ley de entidades financieras, la recuperación de los recursos energéticos para el estado nacional. Creemos que hace falta una ley de glaciares, que es un desastre la política intervencionista en el Indec.
A nosotros nos corresponde plantear esos horizontes, aunque no comemos vidrio y sabemos que la correlación de fuerzas es lo que en última instancia define hasta dónde es posible avanzar. Nuestra tarea es construir esa correlación de fuerzas, esa es la razón de la convocatoria a la unidad que hace la lista 10”, afirmó.
-¿Qué tanto pesa en esta disputa gremial el hecho de que se lo identifique con el kirchnerismo?
-Erróneamente, los compañeros de la oposición piensan que pesa mucho. Creen que les suma hacer una campaña diciendo que Yasky entrega la autonomía o forma parte del dispositivo K. Somos autónomos, pero cuando en Argentina se discute la asignación universal por hijo o se define una nueva ley de medios, o se estatizan las jubilaciones, vamos adelante con eso, porque esas son luchas históricas de la CTA. No podíamos haberla objetado porque venía del gobierno de Cristina Kirchner.
-Dicen que quieren llevar la CTA a la CGT.
-Tenemos claro que en términos de modelo y de práctica sindical no compartimos nada con la CGT. Ahora, en términos de la representación de clase que asumimos, nos gusten o no los dirigentes de la CGT, si compartimos. Pretender que a partir de la unidad en la acción la CTA va a diluirse en la CGT es reaccionario y no tiene asidero. En Brasil hay seis centrales sindicales, cinco apoyan a Lula y tienen inmensa diferencias entre ellas.
-¿Por qué aun con un gobierno con el que aumentan las coincidencias políticas todavía no es posible que la CTA consiga su personería gremial?
-Porque hay un nudo de intereses muy fuertes entre los grupos empresariales que no quieren que los trabajadores tengan mayor capacidad de mando. La personería implica un paraguas de legalidad para nuevas formas de organización combativas. No sólo los empresarios, el Gobierno quiere un sindicalismo que se pueda manejar por control remoto, que se subordine a las políticas oficiales y creo que la CGT quiere el estatus quo y que una ley absolutamente restrictiva le asegure eternidad en la hegemonía que hoy sustenta en el movimiento obrero. Ese es el nudo de intereses que hay que desatar y no es fácil. Se trata de una lucha, como toda conquista, de la que estamos más cerca, pero no nos va a caer en la cabeza como un regalo del cielo.
-¿Pero se puede esperar para los próximos años?
-Creo que sí, por la proyección y la dimensión política que ha ido adquiriendo la presencia de la CTA que, de haber sido alguna vez la central alternativa, hoy es la otra central, una voz legitimada del movimiento sindical.
AUTONOMÍA.
“La CTA no se puede convertir en un híbrido que quede a mitad de camino entre un partido político y una ONG. Queremos una central que represente las fuerzas sustanciales del cambio en Argentina, el movimiento de los trabajadores que militan en los barrios en las organizaciones sociales y el de los trabajadores que militan en las organizaciones gremiales. Esto implica además una definición: como no queremos testimonialidad, decimos que la autonomía forma parte de una práctica política concreta que no es atemporal.
En tal sentido, marca la necesidad de que la autonomía “no se confunda con la neutralidad”. Y pone como ejemplo el conflicto con el campo de 2008: “No cabía adoptar una actitud neutral y, mucho menos, como algunos de los que componen la otra lista, ser partícipes alborozados de lo que ellos suponían era una rebelión campesina, cuando en realidad era lo más rancio de la burguesía agraria, liderada por la Sociedad Rural, la que estaba proponiendo ese tipo de acciones”.
“Autonomía es no ser parte del engranaje oficialista, pero tampoco ser parte del engranaje opositor”, sintetiza.
F: Diario on line Paraná.