Algunos las llamaban las locas, otros hoy, desquiciadas. Lo
cierto es que para la mayoría del pueblo Argentino, ellas son LAS MADRES, sí,
las madres con mayúsculas; esas que fueron y son emblema de la resistencia contra
la dictadura, esas que nos marcaron el camino en la búsqueda de memoria, verdad
y justicia, esas que parieron a este pueblo en la lucha, cuando muchos callaban.
Por eso indigna ver y escuchar el constante ataque al que son sometidas; por
eso rebela el intento de cambiar la historia, de ocultar la verdad y de
adormecer la memoria; y es allí donde se hace necesario decir claramente que no
hubo una guerra, ni sucia ni limpia, lo que hubo fue terrorismo de estado, el terrorismo
de estado más salvaje y cruento que conoció nuestro país en los últimos cincuenta
años. Las fuerzas armadas se dedicaron a pisotear la constitución, de la mano
de un pequeño grupo de civiles, quienes fueron a golpear las puertas de los
cuarteles, para luego hacer grandes negocios con la dictadura, a costa de 30.000
ausencias, de 400 llantos, y de millones de marcas en la piel y en el alma del
pueblo Argentino.
Como no estar con LAS MADRES, como no acompañarlas en la ronda
número 2.000, como no sentir que ese pañuelo blanco es estandarte y bandera de las
luchas justas y necesarias, que nuestro pueblo debe dar en la búsqueda de
memoria, verdad y justicia definitiva.
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SECRETARIA DE COMUNICACION Y DIFUSION
CTA MATANZA
