lunes, 26 de noviembre de 2012

TODOS POR UNA COMUNICACION DEMOCRATICA



EL 7D, TODOS ADENTRO DE LA LEY

La ley de medios, nuevos compromisos y desafíos.


La ley de servicios de comunicación audiovisual instaló el debate sobre los medios de comunicación en la Argentina, un tópico que estuvo alejado en las prioridades de la agenda de discusión política-gremial. Sabemos de la importancia estratégica de los medios de comunicación en la instalación del relato social y en la confección de la agenda. La profunda penetración del cable en los hogares de los argentinos, especialmente del grupo Clarín con Cablevisión -que ubica a nuestro país entre los de mayor utilización del sistema de TV por cable- nos da la pauta de la importancia superlativa que tienen los monopolios mediáticos en la formación de la opinión pública. A diario somos testigos de groseras manipulaciones, omisiones y tergiversaciones. Somos, además, como central de trabajadores, víctima de una invisibilización premeditada. Sabemos, que en esta etapa los monopolios, y especialmente el oligopolio del grupo Clarín, se han convertido en el verdadero partido opositor. Con una dirigencia política opositora que no acierta a establecer propuesta serias y planes concretos ante reclamos sociales, atendibles algunos y descartables otros, por fundarse en consignas vacías. Esa dirigencia ha transformado, en muchos casos, su política partidaria y legislativa al calor de los lineamientos de Clarín y La Nación, como referentes máximos de esta ofensiva que no es sólo mediática.
 

En el escenario se disputan dos modelos de país, uno de signo nacional-popular y otro liberal-conservador; uno de carácter inclusivo y otro de dependencia y excluyente de amplios sectores de nuestros compatriotas. La ley de medios viene a poner en evidencia esta disputa. La que se ha dado en llamar la madre de todas las batallas. Y es así porque es una batalla cultural, por el pensamiento, las ideas y la libertad.
 

La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual convoca al federalismo, a las voces regionales comprometidas con la democratización de la palabra para debatir políticas públicas en marcha y también las futuras, y para debatir un nuevo escenario comunicacional. En este marco, el 7D, como lo conocemos, es una fecha que va a señalar un antes y un después, y si bien es cierto que no va a cambiar automáticamente el mapa de la comunicación en el país, sí debe dejar en claro que hay obligación de respetar las leyes, los poderes del Estado y a las autoridades constituidas. Que la ley es una ley para todos, y que no se puede, sin consecuencias, desconocerla. El grupo Clarín, que es hasta ahora el único que desconoce la ley y se niega a adecuarse a los parámetros que se fijan para desmonopolizar, ha gozado durante décadas de privilegios, y esto significa que amplios sectores se han visto perjudicados por su voracidad empresaria: por ejemplo, los pequeños cableros del interior a los que fue fagocitando con una posición dominante.
 

También los trabajadores hemos sido víctimas de los monopolios, quizá las primeras víctimas. Porque cuando han comprado y concentrado medios, ejemplo el Grupo Uno de Vila y Manzano en Rosario, han aplicado políticas de ajuste, despidos, retiros forzosos, persecución sindical. Pero el daño no se circunscribió sólo a los trabajadores de la comunicación: el daño se extendió como una plaga sobre toda la sociedad porque afectó la libertad de expresión y el derecho a la comunicación. Esto es lo que viene a restañar la ley de medios, esas libertades y derechos. Y comienza considerando a la comunicación como un derecho humano, abre la posibilidad de que las organizaciones sin fines de lucro puedan acceder a los medios, las cooperativas, los sindicatos, otorga medios a los pueblos originarios, a las universidades públicas y a los Estados provinciales y municipales.
Hay que redoblar como Central nuestros esfuerzos para defender la aplicación plena de la ley, como lo hicimos en la formación de la Coalición por una Comunicación Democrática, con los 21 puntos, con los foros y con las movilizaciones por su plena vigencia. Ahora seguimos en el camino, apoyamos la acción del AFSCA con el compañero Martín Sabbatella a la cabeza, hacemos campañas de difusión, de esclarecimiento y sensibilización sobre los alcances de la ley en todo su articulado. Y
también debemos ser conscientes de lo que conlleva asumir los desafíos que plantea la plena aplicación de la norma. Así haremos un aporte militante en defensa de la democracia, con diversidad, multiplicidad de actores, con acceso igualitario a los bienes culturales, construyendo nuestra prensa propia, nuestra palabra sembrada en todos los rincones del país y celebrando una ley por la que luchamos desde el regreso a la democracia y la que no estamos dispuestos a perder.
 

Noviembre 2012



PORQUE OTRA COMUNICACIÓN ES POSIBLE