miércoles, 28 de octubre de 2009

Las organizaciones limitaron el clientelismo de los viejos aparatos"


Luego de su viaje a la provincia de Jujuy, donde respaldó a la dirigente Milagro Sala, de la Organización Barrial Túpac Amaru, el titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) afirmó que se intenta criminalizar la protesta social y también a las organizaciones que le disputan poder a los grupos de derecha. Además, sostuvo que Elisa Carrió demoniza a los piqueteros para generar malestar en la clase media.



–Elisa Carrió afirmó que existen piqueteros armados y que Néstor Kirchner mantiene un discurso violento porque quiere generar caos. ¿Qué opinión le merecen estos comentarios?

–En la Argentina no existen organizaciones armadas. Estoy seguro de que ninguno de los que lo afirmaron cree en eso. Los movimientos piqueteros surgieron como una respuesta a la exclusión y marginación de vastos sectores de la población, que vieron como sus fuentes de trabajo se perdían y se hundían sus posibilidades económicas y sociales. Carrió sabe que con estas afirmaciones genera un clima grave que impacta sobre todo en la clase media y crea violencia. Se prejuzga y se genera una crispación que aumenta lo impredecible y, a partir de esto, se juega a demonizar a las organizaciones sociales y a todo lo que tenga que ver con la posibilidad de construir una conciencia que le dispute poder a la derecha. Son los mismos sectores, que a partir del 28 de junio, volvieron a la escena política con más fuerza e ímpetu. La intención es instaurar y consolidar nuevamente propuestas vinculadas al individualismo y a la concentración del ingreso. Los discursos de Néstor Kirchner no son violentos ni provocan caos.

–¿Existe una planificación de la violencia por parte del Gobierno Nacional?

–Esta afirmación tampoco tiene veracidad. Carrió intenta generar un clima de crispación social porque sus dichos no se condicen con la realidad cotidiana. Todas sus afirmaciones apuntan a crear malestar. Se comienza a mirar con malos ojos a todas las organizaciones que trabajan con los sectores humildes e intentan darles soluciones a sus problemas. Carrió sabe que son sectores que no coinciden con la derecha y plantea que el gran problema de la Argentina es la inseguridad para trasladarlo a las organizaciones sociales.

–¿Qué relación tiene la CTA con el movimiento Túpac Amaru?

–La CTA en Jujuy posee una organización barrial denominada Túpac Amaru, dirigida por Milagro Sala. Estamos junto a las organizaciones sociales que intentan dar respuesta a los miles de argentinos que se encuentran en la pobreza. El movimiento Túpac Amaru es una de las organizaciones sociales más reconocidas fuera de la Argentina porque es una de las más desarrolladas organizativamente. Ha construido escuelas, fábricas, un barrio de 3.800 viviendas, el primer centro de salud de los movimientos populares que cuenta con un tomógrafo. Es una infamia decir que en la Túpac Amaru hay gente armada. Nosotros vamos a tomar acciones legales para no dejar impune semejante aberración. El Estado subsidia a Túpac Amaru, así como lo hace con los grupos empresarios. Claro que esto último no genera cuestionamientos de la derecha. El clientelismo existe en la medida en que las organizaciones sociales no se desarrollan. Si las organizaciones crecen, con conciencia, autonomía y con el contenido político que les da un marco a sus prácticas, el clientelismo desaparece.

–¿Túpac Amaru es kirchnerista?

–No. El movimiento construye sus prácticas en un marco de autonomía propia, independiente del Gobierno Nacional, provincial o municipal.

–Gerardo Morales culpó a Milagro Sala del escrache que sufrió y afirmó que la líder tiene vínculos con la droga, ¿por qué?

–Morales intenta desacreditar el trabajo de Sala en Jujuy porque sabe que la organización les pisó los cayos a muchos funcionarios y grupos poderosos que quieren manejar la provincia. Sala generó un desarrollo pleno junto a la construcción de viviendas. La presencia de Túpac Amaru criticó los lazos del clientelismo tradicional y también quitó margen de acción a los grupos vinculados al negocio de la droga. Las afirmaciones de Morales son infames porque todo Jujuy sabe de la lucha de la organización contra la droga.

–El año pasado se hicieron varios escraches a los dirigentes que apoyaron la Resolución 125. En esa oportunidad no se habló de grupos armados, ¿existen diferentes formas de juzgar los mismos actos?

–Los que hablan del fervor republicano, hacen diferencia cuando los escraches y los cortes de ruta provienen de la Sociedad Rural y de la Mesa de Enlace. La actitud condenatoria e intolerante se produce cuando las mismas acciones vienen de grupos pobres, creo que hay odio de clase. En algunas provincias a los sectores de poder se les eriza la piel cuando las agrupaciones sociales construyen viviendas, escuelas y reconocimiento en las zonas donde trabajan por fuera de los partidos políticos.

–¿Hay un intento de criminalizar la protesta social?

–Sí, existen sectores de la derecha que lo intentan. Los dirigentes que sostienen que hay grupos armados y violentos incurren en una irresponsabilidad e infamia total. La Túpac Amaru tiene autonomía y, además, al aparato político tradicional le molesta el crecimiento de la autogestión de los pueblos.

http://www.elargentino.com/nota-63189-Las-organizaciones-limitaron-el-clientelismo-de-los-viejos-aparatos.html

PORQUE OTRA COMUNICACIÓN ES POSIBLE