La reciente actualización de los valores de la Asignación Universal por Hijo en el orden del 22,7 por ciento, que hizo trepar el beneficio de 220 a 270 pesos por cada uno de los 3,5 millones de niños beneficiarios, logró con este aumento básicamente recuperar poder adquisitivo e indujo una leve mejora respecto de los niveles registrados en diciembre del año 2010.
Así las cosas, los niveles de pobreza e indigencia, medidos con la Canasta Básica de Consultora Equis, se mantienen estructuralmente estables y descienden en el margen, para instalarse en torno del 4,8 por ciento la carencia extrema de ingresos y del 20,9 por ciento la pobreza.
Con estos datos de agosto de 2011, para tener una idea de la magnitud del ciclo antipobreza iniciado en mayo de 2003, desde el inicio del proyecto del FpV el gobierno de Néstor y Cristina ha logrado sacar de la pobreza al equivalente poblacional de toda la provincia de Buenos Aires y quitaron de la indigencia (carencia de sobrevida calórica) al equivalente de las poblaciones actuales de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos sumadas.
Se consolida así el ciclo antipobreza más importante desde la recuperación democrática, lo que ubica al país en niveles de pobreza e indigencia menores a los del año 1980, cuando ya la última dictadura había elevado a 24 el 6 por ciento de pobreza de mediados de los años setenta. Adicionalmente, el impacto de la AUH mejora la estructura distributiva de manera sustancial: la brecha entre el 10 por ciento más rico y el 10 más pobre de perceptores de ingreso era de 31 veces en el año 2003, pasó a 24 veces antes de la implementación de la AUH, y se sitúa en 17 veces en la actualidad, la brecha más baja desde la recuperación democrática en 1983, materializada tras el impacto de la Asignación, que supone transferir el equivalente a 100 dólares mensuales por hogar beneficiario.
Por Artemio López