Ante el conflicto de controladores aeronáuticos.
En la tarde de hoy, y
frente al conflicto en Aerolíneas Argentinas, el secretario general de
la Central de Trabajadores de la Argentina, Hugo Yasky, se pronunció de
la siguiente manera:
“Desde la CTA hemos resistido durante muchos años la privatización
de Aerolíneas Argentinas, defendiendo nuestra línea de bandera y sus
puestos de trabajo. Por eso, hoy rechazamos el accionar de quienes desde
su lugar de trabajo boicotean y perjudican el normal funcionamiento de
una empresa reestatizada.
“La práctica de incentivar conflictos inexistentes no es admisible desde organizaciones que representan a trabajadores y que fueron las principales beneficiadas de la recuperación de nuestra línea de bandera. Esos falsos focos de crisis perjudican el funcionamiento de la empresa y la ponen en la mira de la metralla mediática, que pretende hacer de Aerolíneas Argentinas el caso testigo del fracaso de las políticas de reestatización. Esto significa hacerle el juego a los que, por apetito económico o por el dogma privatista, incentivan este estado de crisis permanente para abrirle paso al capital privado.
“Sin embargo, hay que señalar también que el pedido de quita de la personería gremial no constituye un buen precedente: son los dirigentes los que deben hacerse responsables por sus actos, que con absoluta impunidad generaron una y otra vez graves perjuicios, tanto para los usuarios como para el patrimonio nacional de todos los argentinos. No así, la organización y sus trabajadores.
"Asimismo, desde la Central de Trabajadores de la Argentina creemos necesaria una solución superadora al retroceso que implica la creación de la Dirección General de Control de Tránsito Aéreo, dependiente de la Fuerza Aérea, y el consiguiente nombramiento de personal militar para realizar tareas de control aéreo, las que hasta este conflicto dependieron de la Administración Nacional de Aviación Civil".
“La práctica de incentivar conflictos inexistentes no es admisible desde organizaciones que representan a trabajadores y que fueron las principales beneficiadas de la recuperación de nuestra línea de bandera. Esos falsos focos de crisis perjudican el funcionamiento de la empresa y la ponen en la mira de la metralla mediática, que pretende hacer de Aerolíneas Argentinas el caso testigo del fracaso de las políticas de reestatización. Esto significa hacerle el juego a los que, por apetito económico o por el dogma privatista, incentivan este estado de crisis permanente para abrirle paso al capital privado.
“Sin embargo, hay que señalar también que el pedido de quita de la personería gremial no constituye un buen precedente: son los dirigentes los que deben hacerse responsables por sus actos, que con absoluta impunidad generaron una y otra vez graves perjuicios, tanto para los usuarios como para el patrimonio nacional de todos los argentinos. No así, la organización y sus trabajadores.
"Asimismo, desde la Central de Trabajadores de la Argentina creemos necesaria una solución superadora al retroceso que implica la creación de la Dirección General de Control de Tránsito Aéreo, dependiente de la Fuerza Aérea, y el consiguiente nombramiento de personal militar para realizar tareas de control aéreo, las que hasta este conflicto dependieron de la Administración Nacional de Aviación Civil".
