lunes, 6 de diciembre de 2010

QUEREMOS UNA NUEVA ELECCION NO UN NUEVO FRAUDE‏

El fraude cometido por la Lista 1 y su junta electoral el 23 de septiembre avergüenza a toda la CTA, nacida hace dos décadas para corregir los vicios del viejo modelo sindical, no para reproducirlos en un nuevo formato.

Esas prácticas incompatibles con la democracia sindical que reclamamos fueron documentadas por un Comité Arbitral Autónomo, constituido por cinco juristas de trayectoria intachable, que ambas listas aceptamos antes de votar como instancia de apelación obligatoria e inapelable.
"La manipulación del padrón y de los lugares de votación, ha sido la herramienta habitual del fraude", sentenció el Comité. Por eso, anuló los comicios realizados en Tucumán, Mendoza y Misiones y en medio centenar de mesas de otras siete provincias, donde ordenó que se volviera a votar. Las elecciones complementarias ordenadas debían restaurar el derecho de 200.000 afiliados a expresar su voluntad y sanear así el proceso electoral en el que los fundadores de la Central se presentaron por primera vez en dos listas enfrentadas.

Micheli llegó a anunciar que su sector abandonaba la central. Como muchos le advirtieron que eso debilitaría su posición ante las instancias nacionales e internacionales, decidieron simular el acatamiento a las resoluciones del árbitro inapelable mientras insistían en los métodos tramposos empleados en la primera elección, que niegan el derecho de los afiliados a votar de manera libre y transparente. Con la convocatoria unilateral y antiestatutaria para el 9 de diciembre intentan legitimar el fraude comprobado por el Comité de juristas.

La insólita negativa a contar con padrones impresos, la eliminación de afiliados a los que se les niega el derecho básico al voto, la inclusión de otros al sólo efecto de consumar la maniobra, la distribución arbitraria de mesas para desalentar la concurrencia, la negativa cerrada a que las delegaciones electorales tuvieran representantes de ambas listas demuestran la decisión de falsear una vez más la voluntad social. Así enlodan a la CTA y su bandera histórica de democracia sindical y no nos dejan otra opción que denunciar la estafa.

Estos procedimientos espurios se corresponden con una lectura sectaria de la realidad. La unidad de la CTA, forjada en la lucha contra el neoliberalismo, no pudo sustraerse a la divisoria de aguas en el campo popular, entre quienes creemos que hay un piso de conquistas y un rumbo a defender ante los embates de la derecha y los que postulan que la derecha es la que gobierna y que toda alianza y cualquier método se justifican para derrotarla.

Esto explica que nuestros otrora compañeros de ruta caracterizaran la rebelión de las cámaras patronales agropecuarias de 2008 como una pueblada, mientras nosotros convocábamos a marchar para defender las retenciones. Los caminos se bifurcaron. Donde unos veíamos conquistas y avances debidos a la lucha del campo popular, como la recuperación del sistema jubilatorio para el sector público o la Asignación Universal por Hijo, los otros las desdeñaban como imposturas y maniobras demagógicas.

El debate se encarnó en la confrontación entre dos proyectos. El de quienes queremos una Central representativa de un vasto movimiento sindical y social, autónoma pero comprometida con la profundización de las transformaciones que se están produciendo en el país y en la región y el de quienes la conciben como instrumento de una alternativa electoral opositora.

Ante estas posiciones irreconciliables nos propusimos dirimir las diferencias apelando al voto directo de nuestros afiliados. Ésta expresión de una nueva cultura sindical es la que arruinaron las trampas del sector de Micheli y su junta electoral. Nuestro error fue no haber previsto que esto podía pasar. No podíamos concebir hasta qué punto estaban dispuestos a llegar, abjurando de una prédica que llegó a formar parte de la identidad de nuestra central.

Frente a esto, como expresión mayoritaria de las organizaciones sindicales y sociales que integramos la CTA reafirmamos nuestro compromiso de garantizar:
1 El cumplimiento en todos sus términos de los laudos del Comité Arbitral
2 La convocatoria a elecciones complementarias en el mes de marzo, cumpliendo los plazos legales y estatutarios.
3 La depuración de los padrones, el ordenamiento de la distribución de los lugares de votación y la publicación y exhibición de los mismos con la antelación de acuerdo a la ley y nuestro Estatuto.

LA UNIDAD DE LA CTA SE REAFIRMA EN EL RESPETO A LA VOLUNTAD Y
EL DERECHO A VOTAR DE NUESTROS AFILIADOS

PORQUE OTRA COMUNICACIÓN ES POSIBLE