“Una Central de Trabajadores que tiene masividad no se puede pensar como la expresión de un solo pensamiento o una sola postura”, define Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Los rumores de ruptura, que Yasky descarta rápidamente, con fastidio, sobrevuelan la Central desde que se hizo evidente que no habría, como en ocasiones pasadas, un acuerdo entre los dos sectores más fuertes para ir con una lista unificada a las elecciones previstas para el mes de septiembre. Ayer, minutos después de lanzar su campaña por la reelección en un acto en el club Almirante Brown, de San Justo, Yasky habló con Página/12 y se mostró confiado con que, al contrario de lo que se vaticina en los medios, la CTA saldrá entera de la campaña. “Vamos a tener un proceso de discusión de ideas y de discusión acerca del modelo de Central que necesitamos los trabajadores y que al final nos va a fortalecer”, aseguró.
–¿Es un golpe duro para la CTA tener que dirimir la conducción en internas?
–Tenemos que desdramatizar la elección como tensión de fractura. La elección es una señal de democracia. Creo que esto le da riqueza al momento que está viviendo nuestra Central, que está en un momento de madurez política y que está construyendo la legitimidad que la convierte en una palabra escuchada por los trabajadores.
–¿Hay alguna puerta abierta para un acuerdo de último momento?
–Yo creo que ésa es una posibilidad que todavía está abierta, pero entiendo que a medida que avanza el proceso de debate interno y la consolidación de las fuerzas hay que pensar en otras alternativas. En ese sentido hemos propuesto a los compañeros un acuerdo, que sería firmado con garantes de otras Centrales hermanas, como el PIT-CNT uruguayo y la CUT brasileña, para conformar la próxima conducción con un sistema de representación proporcional para que todas las organizaciones del campo sindical o social que forman parte de la CTA puedan coordinar una conducción que exprese la diversidad y los distintos puntos de vista pero que siga fortaleciendo la unidad de la Central.
–¿Cómo recibió el planteo el sector opositor, liderado por Víctor De Gennaro?
–Todavía no hemos tenido respuesta. Junto con esto estamos planteando la necesidad de garantizar la apertura de urnas en todos los lugares de trabajo y en los lugares de las organizaciones sociales, porque ésta es una elección que se da en todo el territorio del país y debe tener participación de todos sus afiliados. Una elección participativa sin restricciones y con protagonismo de nuestros afiliados a través del voto. Esa es la garantía de la grandeza de esta CTA. Hay que demostrar que la CTA es capaz de hacer una elección democrática.
–¿Tiene miedo de que la oposición haga maniobras poco claras durante la elección?
–Estamos planteando, con transparencia, que no se puede establecer un criterio restrictivo para la apertura de las urnas. Estamos alertando para que ningún trabajador en ninguna fábrica, en ninguna escuela, en ningún barrio, por alejado que sea, se quede sin la posibilidad de sentirse dueño de la decisión que se tome. Gane quien gane nos debilita si de la elección participan pocos afiliados y pierda quien pierda nos fortalece si en la elección de la CTA tenemos una participación multitudinaria. Nosotros estamos definiendo cuál tiene que ser el esfuerzo que hay que garantizar en términos de participación y apostamos a que todos los que siempre defendimos la democracia sindical convirtamos esta elección en un hecho ejemplar que nos va a fortalecer a todos.
–Milagro Sala de la Tupac Amaru publicó una carta abierta dirigida a usted y a Víctor De Gennaro, en la que les pide que desistan del enfrentamiento. ¿Cómo la recibió?
–La carta expresa la subjetividad de Milagro en un momento en que las circunstancias históricas bifurcan los caminos. Cuando estamos a la defensiva, cuando nos llueven palos, cuando nos llueven recortes, como pasó en la década del ’90, entonces tendemos a unirnos. En la adversidad la unidad no se discute. Hoy, sin embargo, con las distintas miradas que se tienen del momento político del país y América latina, de cuáles son las alianzas de la clase trabajadora, que tiene que ser autónoma pero no puede ser neutral, cuando se debate una encrucijada histórica como ésta es natural que aparezcan distintas posiciones. Entiendo el sentimiento de Milagro, pero entiendo también la necesidad de que definamos con coherencia el modelo de Central y el contenido político de nuestra construcción social para ser coherentes con la defensa de este momento de cambio que vivimos en la región.
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