Estadio de Atlanta, 15 de octubre de 2010
Han transcurrido ya tres semanas desde las elecciones.
Nuestra Lista 10, con Hugo Yasky como referencia de la rica diversidad de experiencias y miradas que la compone, logró finalmente emerger como la voluntad mayoritaria de la CTA. En cada urna que pudimos fiscalizar y garantizar una elección limpia, esa voluntad se tradujo en un triunfo inapelable, mientras que allí donde no se permitió esa libre expresión quien ganó fue el fraude, el dibujo de los votos, la manipulación del padrón y, en suma, la vieja práctica burocrática que la Central se dispuso a combatir desde su nacimiento mismo.
La decisión de participar en las elecciones y la propia conformación de nuestra Lista 10 mostraron con claridad en dónde estábamos parados para afrontar el desafío. Veníamos de sostener públicamente la reivindicación irrenunciable de la personería gremial para la Central , la libertad sindical, la defensa y vigencia de las convenciones colectivas de trabajo y todas aquellas banderas que hacen a la historia de la clase trabajadora. La lucha por la distribución de la riqueza fue el hilo conductor de todas nuestras acciones. Pero también, y con idéntica firmeza y convicción, manifestamos en la calle nuestro apoyo a las políticas de derechos humanos, de juicio y castigo a los genocidas, de recuperación del sistema jubilatorio, de nacionalización de Aerolíneas, de aplicación de la Resolución 125, de concreción de la asignación por hijo, de democratización de los medios de información, de recuperación de las funciones del Banco Central, de control de Papel Prensa y de tantas otras medidas que, junto a la reinserción de Argentina en el contexto solidario y fraterno de esta Suramérica del Bicentenario, guardan estrecha relación con las banderas que enarbolamos en todas las luchas en las que la CTA fue protagonista directa.
No fue por acaso que estas definiciones constitutivas de la plataforma política de la Lista 10 se vieran reflejadas en la solicitada firmada por la mayoría de las organizaciones que componen la CTA. En ese documento público, la denuncia del fraude perpetrado el 23 de septiembre por la Lista 1 no sólo condenó esa práctica reñida con la democracia de los trabajadores, sino que también vino a convalidar la certeza de que el triunfo de la Lista 10 se correspondía con la voluntad mayoritaria de las organizaciones y afiliados de la Central.
Es entonces esa voluntad mayoritaria la que se expresó en las urnas porque no nació en un frasco. Esa voluntad es parte indisoluble de aquella otra que componen millones de compatriotas. Por lo mismo, a nadie debería extrañarle que mientras nosotros nos mantuvimos fieles al de reclamo de la restitución de incorporar las contribuciones patronales o algún gravamen a las transacciones financieras al proyecto de ley del 82% móvil, para no dejarnos arrastrar en la especulación de los que usan las legitimas demandas de los jubilados como combustible de la disputa oficialismo – oposición. La Lista 1 se acople a personajes siniestros como Luis Barrionuevo y Momo Venegas para movilizarse en contra del veto presidencial, como si la ley aprobada fuese una solución real a la demanda de los jubilados. Pero si todavía hubiera dudas, cualquier trabajador y militante honesto debería preguntarse a quiénes favorecen los aplausos de las grandes empresas de la comunicación y el inusitado espacio otorgado a la temprana autoproclamación de la Lista 1; a qué propósitos responde el accionar de una prensa que nadie en la CTA consideró nunca ni neutral, ni plural, ni mucho menos comprometida con la democracia y los intereses de
los trabajadores y el pueblo.
Nada nos une a la reacción. No tenemos ningún punto de contacto con las maniobras fraudulentas. Al contrario, rescatamos todos los principios fundacionales de nuestra CTA y nos sentimos orgullosos de pertenecer a ella, aun a sabiendas de que esas actitudes que condenamos le han infligido un duro golpe a la credibilidad y confianza ganadas en tantos años de lucha.
En consecuencia, desde este Plenario Nacional, ratificamos el rumbo emprendido y sostenemos el compromiso firmado de esperar y acatar el fallo del Tribunal Arbitral. Estamos convencidos de que la inmediata convocatoria a elecciones limpias en todos aquellos distritos que hemos impugnado
consolidarán el triunfo inapelable de la Lista 10. Con la certeza de estar en el camino correcto, convocamos a las compañeros y compañeros de todo el país a defender lo que nosotros sabemos ha sido nuestro triunfo y a garantizar con su protagonismo directo e indelegable la recuperación de la CTA como instrumento de organización y lucha de los trabajadores y no como botín de guerra de alguna estrategia partidaria.
Por lo pronto, nunca más la Central será presa de un pensamiento adocenado. Nunca más primará en la Central la negación y ocultamiento de la diversidad de miradas y experiencias que la componen. Esa es la voluntad mayoritaria y no la negociaremos por nada del mundo.
Declaración del Plenario Nacional de la LISTA 10 de la CTA.