27/10/2011.
“A un año de la desaparición física del ex presidente y militante popular, Néstor Kirchner”.
Hoy 27 de octubre del 2011, nos encuentra con sentimientos mezclados, contradictorios, con alegría y con aflicción.
Decimos con aflicción porque hoy se cumple un año del fallecimiento de Néstor Kirchner, ese militante popular que en el 2003, llegó a la presidencia de un país devastado, al borde de la anarquía. Como sabemos, en ese momento nuestro país superaba el 18 por ciento de desocupación, la inflación rondaba el 40 por ciento, fabricas cerradas, sueldos congelados, jóvenes que sin esperanza de futuro hacían el camino inverso al de sus abuelos, ollas populares, despidos, un riesgo país de 5.222 puntos básicos. Pero la debacle no era solo en lo económico. El tejido social estaba deshilachado, las familias habían implosionado, la desnutrición infantil era un mal endémico, la educación en las escuelas había pasado a un segundo plano a causa de la necesidad de alimentación.
El accionar de la clase política de los noventa había acabado con la credibilidad de la política.
En lo que se refiere a la justicia, solo existía si se la podía pagar.
De ese mix entre una justicia dependiente de los poderes económicos, y de la corrupción de la clase dirigencial, surgía un caldo en el cual los derechos humanos no tenían cabida. Nuestras queridas abuelas y madres seguían luchando en la calle, tratando en vano, que esa justicia sorda y corrupta, las escuchara.
Con todo esto se encontró Néstor Kirchner cuando asumió. Cualquier otro en su lugar hubiera pactado el statu quo con el establishment, pero él no. Néstor se dedicó desde el primer día de su mandato a rectificar el camino, a reparar injusticias históricas, a devolverle la dignidad a miles y miles de trabajadores, le abrió la puerta de la casa rosada a las madres y a las abuelas, les pidió perdón en nombre de la democracia por haber callado tanto tiempo, puso en funcionamiento los mecanismos necesarios para terminar con una justicia adicta al poder, terminó con la represión a las protestas sociales, los incluyó y les brindó un espacio para comenzar a construir juntos. En lo económico ordenó el país, marcó la cancha frente al FMI, estatizó empresas y servicios claves para la independencia de un estado, dejó de mirar a Europa y EE UU y estrechó lazos con los pueblos hermanos latinoamericanos. Fue el realizador del sueño que soñaron otros grandes como San Martín, Bolívar y Perón dando impulso a la posibilidad, por primera vez en América latina, de establecer una coalición de países de la región que desarrollara políticas independientes de las potencias mundiales hegemónicas. En pos de ello “sepultó” al ALCA en el 2005, reimpulsó el MERCOSUR e intervino activamente en la formación de la UNASUR a pesar de ya no ser presidente.
Con respecto a los derechos humanos su trabajo ha sido reconocido a nivel mundial, derogó las leyes de “Obediencia Debida y Punto Final”, hecho que permitió retomar los juicios a los responsables por crímenes de lesa humanidad en nuestro país. Y es por eso que también decimos que hoy estamos felices. Nos duele su partida física, pero estamos felices porque ayer él estuvo entre nosotros, estuvo cantando junto a los miles de ciudadanos que, frente a la puerta de los tribunales, esperaron la sentencia de los represores que actuaron en la ESMA, hecho que sólo fue posible gracias a él, a Néstor, el militante popular.
Maria Reigada - Secretaria General de la CTA Matanza.
Paulino Guarido - Secretario de DD. HH. De la CTA Matanza.
SECRETARIA DE PRENSA
CTA MATANZA