La decisión de la Corte Suprema de Justicia de fallar a favor de un trabajador del Estado contratado desde ya que es un fallo que uno podría considerar positivo, porque establece el pago indemnizatorio pero no innova y no resuelve el problema de fondo, que es el problema de la estabilidad de los empleados públicos contratados.
Y se trata de un problema grave porque en la década del ’90 se constituyó una práctica generalizada que fue la contratación de empleados para cumplir con la Ley de Emergencia Económica, que establecía límites inflexibles a las administraciones nacional y provinciales que debían mantener inamovibles los planteles con empleados en relación de dependencia.
Esto fue un embudo que generó una situación totalmente anómala como el hecho de que hoy exista el 30% de trabajadores contratados en relación con los de planta permanente. A nivel provincial, esto es mucho más grave, con cifras absolutamente desproporcionadas, como algunas provincias donde son más los contratados que los de planta.
O sea que deja sin resolver aquello por lo que nosotros venimos luchando desde hace muchos años: la estabilidad a los trabajadores públicos que garantiza la Constitución Nacional.
Hay una cantidad de casos sobre los que todavía no se expidió la Corte, donde no se reclama la indemnización, sino que se reclama el derecho a la estabilidad, de manera que esperamos que la Corte dirija su mirada hacia este sector, que nos plantea el equivalente a lo que sería el trabajo no registrado en el sector privado.
La diferencia entre lo que ocurre hoy y lo que sucedió durante los ’90 es que en la década menemista hubo un aluvión de contratados en el sector público y un aluvión de trabajadores no registrados en el sector privado. Esa herencia queda como parte del desastre social que significó el experimento neoliberal. En el sector público -salvo en el caso de los docentes- los avances para salir de esta situación han sido homeopáticos.
Los contratados son una herencia de la experiencia neoliebral de los 90.
Publicado el 7 de abril de 2010 en el diario BAE