A más de un año de la desaparición de Luciano Arruga, que según testigos fue torturado y muerto en el destacamento de Lomas del Mirador, la causa cambió de carátula.
Luciano Arruga fue visto por última vez el 31 de enero de 2009 en la comisaría de Lomas del Mirador. La familia del adolescente apuntó inmediatamente contra el destacamento policial, ya que un testigo que estuvo detenido allí esa mismo día aseguró haberlo visto “con muchos golpes y muy mal”.
La causa parecía estar paralizada, pero en la última semana dio un giro judicial. La carátula, que en un principio se había calificado como “Averiguación de paradero” cambió a “Desaparición forzada de persona”.
Esto ocurrió luego de que el juez de Garantía Gustavo Banco, que estaba al frente de la investigación, declarara su incompetencia en el caso ya que consideró que los delitos imputados por los representantes de la familia Arruga son de orden federal, debido a que se trata de la desaparición forzada de un niño.
Así lo confirmó el abogado Juan Manuel Combi, quien además integra
“Todavía
Consultado sobre cómo afecta esta determinación a la causa, Combi opinó que “no le hace ni bien ni mal porque se trata de una cuestión procesal”, aunque acentuó: “Lo que le haría bien a la causa es que aparezca Luciano”.
De este modo, según se resuelva judicialmente en los próximos días, se podría sortear un nuevo juez que intervenga y evalúe los planteos realizados por la familia Arruga en el mencionado informe.
Entre ocho puntos diferentes, el documento menciona “incumplimientos de los deberes de funcionario público y pedidos de declaración indagatoria con detención a dos de los ocho policías involucrados en la noche en que Luciano Arruga fue secuestrado, torturado y desaparecido”.
Además, revela declaraciones de presos que “dicen haberlo visto a Luciano Arruga siendo torturado y que, si efectivamente se tratara de él, se fundamentaría más nuestro pedido de detención”, señaló el otro abogado de la familia, Pablo Pimentel.
“En caso de que se haga lugar a nuestros pedidos –agregó Pimentel- solicitaremos que se cumplan los procesos de indagatoria y que detengan a los policías involucrados. Nosotros entendemos que están implicados y saben muchas cosas”.
El abogado también explicó que de la investigación de la causa “surgen una cantidad de barbaridades como abuso de menores y el tema del libro de entradas que es una vergüenza, así como la adulteración de documentos públicos”.
Pimentel se refirió de esta manera a los hechos que ocurrieron luego de la fatídica noche del 31 de enero de 2009, cuando la madre de Luciano fue a radicar la denuncia en el destacamento de Lomas del Mirador y prestó testimonio.
“Cuando mi mamá llegó a casa le pregunte si le habían dado un duplicado de la declaración y me dijo que no. Enseguida fui a buscar el documento a la comisaría y le habían agregado cosas que ella no había dicho. Por ejemplo que mi hermano fumaba marihuana y que tenía antecedentes por robo”, había declarado en su momento Vanesa Orieta, hermana del chico desaparecido.
El silencio de Scioli. Según confirmaron los abogados, desde que Luciano Arruga desapareció hace un año y 4 meses, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, jamás se acercó a colaborar con la familia.
“Hay una falta de compromiso por parte del Estado de ver la causa. Se lo hemos reclamado al gobernador Scioli, que no tuvo la atención que tuvo en otros casos, justamente porque se trata de un chico pobre, de una villa y de una familia muy humilde”, remarcó Pimentel.
“Como gobernador Scioli tiene una responsabilidad”, pero “todavía estamos esperando que se ponga al frente de la investigación”, enfatizó para luego apuntar hacia la relación entre la justicia y las fuerzas policiales.
“La realidad es que hay muchos jueces y fiscales a los que les cuesta investigar a
Otros aspectos del caso. Desde un principio las hipótesis sobre la desaparición de Arruga giraron en torno al destacamento de Lomas del Mirador, a partir de testimonios sobre varios intentos de
“Siempre lo paraban en la calle por portación de cara, lo maltrataban y agredían verbal y físicamente. Una vez contó que los policías lo habían golpeado y le habrían dicho “vos, negrito de mierda, vas a terminar en un zanjón”. Las amenazas eran constantes. Un día le pusieron la
Los ocho policías que fueron detenidos inicialmente por sus supuestas vinculaciones en la causa quedaron en libertad y algunos están trabajando ahora en Lomas de Zamora y en